INTERVIEW : LUCAS POGGI IN CLARIN.COM

By ARGENTINEMEN - December 03, 2020

Lucas Poggi: el modelo y nadador que no puede caminar y brilla como ícono de la moda inclusiva 


A los 28, se prepara para competir en Tokio 2021 y lanzar su propia colección de ropa.



Cuenta la leyenda que si uno desea fuertemente algo, los deseos se cumplen. Luego, claro, hay otros agregados: trabajar duro para conseguirlo, no decaer ante los impedimentos que surjan en el camino y, un tema no menor: tratar de estar en el momento, hora y lugar indicados.

Lucas Poggi, nadador de la Selección argentina de natación adaptada, modelo y ahora diseñador, es un buen ejemplo que ratifica la leyenda. Nació hace 28 años con una vértebra que no se terminó de formar y eso afectó a su médula ósea, lo que le imposibilitó caminar. Pero puede nadar: el agua fue desde siempre su “piso”. Es impresionante: bajo el agua, parece que caminara. Se lo ve en su elemento.

Participó en los Juegos Parapanamericanos de Guadalajara en 2011, logrando dos medallas de bronce y una de plata. En 2016 quedó a un segundo de la clasificación para los Paralímpicos de Río de Janeiro y, dos años más tarde, con la Selección juvenil, quedó entre los ocho mejores nadadores del mundo en la categoría S7, logrando clasificar para los Juegos Paralímpicos.


Todavía hay más: en 2019 salió cuarto en los Juegos Parapanamericanos de Lima y ahora se prepara para viajar a los Juegos de Tokio, previstos para el año que viene.

Paralelamente comenzó una carrera como modelo: ya hizo algunas campañas y desfiló en la Semana de la Moda en Buenos Aires. Su nuevo desafío es lanzarse como diseñador: tendrá su propia cápsula junto a la marca Mariah Moda Social, una firma que dona lo que gana con la venta de las prendas a distintas ONG’s, como Mamis Solidarias, entre otras.

Un profesional

A la producción de Viva, Lucas llega con su papá, Mario, quien lo sigue a sol y a sombra (y a lluvia, como lo supimos hoy). También lo acompaña José Valosen, el legendario especialista en sastrería masculina de alta costura, que le hizo el esmoquin especialmente para las fotos. Un rato más tarde, se sumará Mariah Schutz, la responsable de que Lucas tenga su cápsula de moda.

El nadador modelo posa como un profesional, dentro y fuera del agua. “Siempre tuve la oportunidad de hacer las cosas que me gustan, todo lo que hago es con pasión y con el sueño intacto de querer llegar a un Juego Paralímpico”, cuenta Lucas cuando termina de hacer las fotos. Es el momento de la charla.




-¿Recordás cómo fuiste asumiendo que no podías caminar?

-Al nacer con esta condición de mielomeningocele, nunca lo viví como un drama o algo difícil. No conozco otra forma de vivir y la que conozco, me gusta. Me siento sinceramente muy afortunado porque mis padres siempre buscaron la mejor calidad de vida para mí, y disfruté mucho de mi infancia en mi barrio de siempre, Villa Urquiza.

-¿Cómo fue tu adolescencia, una etapa que suele ser complicada?

-Estuvo marcada por el deporte: comencé a competir por el mundo a los 16 años. Volvía de los viajes y combinaba escuela secundaria con entrenamientos. Fue maravillosa.  


¿Alguna vez te enojaste con el destino que te tocó?

Sí, de chico. No podía entender muy bien de qué se trataban mis permanentes entradas a los quirófanos. Tantas cirugías, tantas recuperaciones lentas... Todo eso, para un chiquito, es muy difícil de entender.

-¿Y cómo convertiste el “no poder” en “poder”?

-Ciertos dolores físicos intensos que he sufrido de chico fueron forjando en mí un temperamento fuerte. Sufrir me dio un carácter aguerrido para tomar ciertas decisiones y saber qué sendero transitar. Siento que nada me frena, nada. Ni mi condición ni nada que tenga que ver con ella me inhabilitan para lograr algo.

-Entonces llegó el agua a tu vida.

-Eso fue ya a los pocos meses de haber nacido. A los 8 años comencé a nadar regularmente y a hacer mis primeros pasos en la natación competitiva. Nadando terminé de confirmar por dónde quería pasar gran parte de mi vida. Por lo menos, esta parte.

-¿Qué desafíos te planteó?

-Se conoce gente muy buena y muy mala también, porque es un deporte muy competitivo e individualista. Y hay que tener mucha fortaleza mental: estando solo en el agua, todo pasa por tu cerebro y eso te vuelve alguien muy reflexivo.

-¿Cuándo te diste cuenta de que en la natación había una carrera para proyectar el futuro?

-Cuando empecé a competir a nivel nacional. Ahí entendí que esa adrenalina que sentía era lo que quería sentir siempre. Después, cuando pasé a la escala mundial, me permitió cultivar nuevas culturas, sociabilizar con nadadores de otros países y recorrer ciudades. Esa es mi vida.





La lucha de mamá

Hace más de dos décadas, a Lucas le tocó sobrellevar otro duro golpe, pero esta vez no relacionado con su salud sino con la de su madre, Olga, a quien le diagnosticaron cáncer de mama.

“Mi mamá transitó la enfermedad con mucha fuerza y mucho temple”, recuerda. “Pese a que yo veía los cambios que le producía el cáncer, nunca dejó de alentarme. Y desafortunadamente, después de vivir 16 años de vida normal, esa maldita enfermedad la volvió a atacar y ahí sí fueron tiempos difíciles para todos. La perdí cuando yo tenía 24. Los últimos años, los dos no dejamos de decirnos todo lo que nos amábamos: nos fundíamos en abrazos interminables y en besos eternos. El amor por mi vieja fue todo. Fue una luchadora. Hoy la tengo tatuada en el brazo izquierdo y ella está acá conmigo, siempre.”

-¿Vos le rapaste la cabeza luego de la primera quimioterapia?

Sí. Yo tenía 19 años. Ese episodio me marcó para siempre. Recordé cuando era chico y la acompañaba junto a mi papá a cada uno de sus tratamientos. En ese momento, crecí de golpe.

-¿Qué tenés de ella?

-La templanza. Las buenas intenciones, ayudar. Y pensar antes de decidir algo.

No conozco otra forma de vivir y la que conozco, me gusta. Me siento sinceramente muy afortunado porque mis padres siempre buscaron la mejor calidad de vida para mí.

Lucas Poggi, nadador y modelo

Hoy, una figura esencial para que su vida se desarrolle normalmente es su padre. Viven juntos y viajan juntos. Papá Mario va adonde su hijo va. “Tenemos lindas charlas, grandes momentos juntos”, cuenta Lucas.

“Siempre le digo que podríamos escribir un libro por la cantidad de cosas que vivimos, tanto por las buenas como por las malas. A él le provoca mucha felicidad verme crecer, ver cada sueño que cumplo. Si llegara a ser padre algún día, me gustaría ser como él es conmigo y con mi hermana mayor. Lo admiro por su forma de ser, tan firme y tan decidida. Aprendo siempre de él y de mi hermana Daniela. Son mis dos guías”, agrega.

-¿Te acordás qué pensaste la primera vez que te subiste a un avión para ir a competir a nivel internacional?

-Mis viejos me prepararon para que yo pudiera lograr, por mí mismo, lo que me propusiera en la vida. La imagen es de un pichón volando en la inmensidad del cielo, y ellos felices abajo, por verme desplegar las alas.

-¿Quiénes más te han apoyado en tu carrera?

-El apoyo que tengo es del ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo), la Secretaría de Deportes y, como todo deporte de elite, uno necesita el apoyo de terceros porque es muy difícil mantenerse solo en el alto rendimiento. Eso implica buena alimentación, psicólogo, nutricionista, preparador físico, médicos deportólogos y personas ligadas a conformar una mejor preparación. Hay mucha gente a mi alrededor.




-¿Te sentís un ejemplo?

-No me siento un ejemplo para nada, pero ayudo a los demás, por algo me escriben muchas personas con discapacidad, ya sea por nacimiento o adquirida, y me cuentan sus experiencias. A esas personas les hace bien lo que les digo. Todos pasamos momentos difíciles y me encanta que mi mensaje sea bien recibido por cualquier persona que necesite vibras positivas.

-¿Alguna vez sentiste todos tus logros como compensación divina?

-¡Para nada! Estoy construyendo un camino firme con mis convicciones y mis sueños y nadie me regaló nunca nada. Estoy convencido de que cuando uno tiene la posibilidad de rodearse de buenas personas que caminan por la misma vereda, con sueños parecidos, el camino se hace más fácil de transitar.

-¿Nunca se te ocurrió estudiar una carrera universitaria?

-Sí, pero lo postergué por el deporte. A los 23 años quise arrancar con Medicina, pero ante la enfermedad de mi mamá y los cuidados que requería, dejé. Pienso retomar luego de Tokio 2021. Voy a seguir compitiendo, sí, pero intercalándolo con los estudios.

Lo que me define no es mi discapacidad o esta silla de ruedas que me lleva y me trae. Mi temperamento es lo que le da vida a mis sueños.

Lucas Poggi, nadador y modelo

De la pileta a la pasarela

En noviembre de 2017, en el Park Royal Hotel, Lucas debutó como modelo en un desfile solidario de la fundación YAD (escuela de wateryoga para discapacitados). En el paso de la natación al modelaje contó con el empuje de su primo, que lo incentivó a mandar fotos a las agencias, y de un amigo modelo.

“Mis primeros trabajos fueron de la mano de un modelo francés residente en la Argentina, Dominique Rischmann, con quien nos volvimos buenos amigos finalmente. Tras ese pequeño desfile para YAD, me surgieron producciones gráficas para dos empresas”, dice.

Después fue convocado para desfilar en el CARAS Glam, donde hizo la pasada para el diseñador que hoy aún lo acompaña, José Valosen: “Fue una gran ventana para que se me visualizara. A partir de ahí me dieron trabajo en otros desfiles con aún más repercusión, como el BA Moda y el Fashion Week”.

-Hoy, toda la industria de la moda está avanzando hacia la inclusión. ¿Qué ves en el extranjero y qué ves en la Argentina?

-Vamos hacia un mundo más integrador. Lo noto en marcas internacionales como Tommy Hilfiger o Calvin Klein. La gente está más informada y tiene más abierta la mente para que las personas con diversidad funcional formemos parte de la industria. Más allá de ser dueño de una de las marcas masculinas más conocidas del país (Tascani), Andrés Faena es una persona que tiene una mentalidad adelantada: ya me incluyó en dos campañas. Creo que el mensaje que él quiere transmitir conmigo es que la ropa que su empresa fabrica es realmente para todos.




 -¿Pensás que es una inclusión real o sólo una movida de marketing?

-Creo que la gente evoluciona y los empresarios se dieron cuenta de que las personas con discapacidad (que no son pocas, cuidado) también pueden vestirse bien y a la moda. No creo que sea un tema socialmente de marketing, sino de un proceso fuerte de inclusión a nivel mundial. Sólo basta ver las grandes ciudades en donde están adaptando calles y edificios a las diversidades funcionales.

-¿Creés que la pandemia aceleró estas cuestiones?

-Para mí, el Covid-19 provocó que las personas en cuarentena se volvieran más reflexivas, y también más sensibles. Cuando se pueda salir de esta situación, saldremos siendo mejores personas.

-¿Cómo llegaste a diseñar tu colección cápsula?

-Fue algo que siempre quise hacer y tuve la suerte de que Mariah Schutz, una empresaria que se dedica a la moda, me consultara acerca de mis inquietudes en la industria. Le mostré dibujos, bocetos, y eso terminó en mi contratación para hacer una colección cápsula dentro de su marca. Los modelos serán diseñados por mí con telas de alta calidad y detalles únicos. Serán varias prendas en distintos colores y telas, todas adaptadas para personas con discapacidad. Esto no quiere decir que personas convencionales no vayan a poder usarlas.

-Mariah Moda Social tiene además un concepto solidario.

-En la reunión con Mariah me explicó la forma de comercialización de sus prendas y me pareció fantástico que tuviera un fin benéfico. El valor de cada pieza va destinada a fundaciones que la empresa tiene designadas, o va a la que el comprador indique.

-¿Qué otros sueños tenés?

-¡Conocer a Pampita está cumplido! (risas). Los otros sueños que tengo pasan más por la beneficencia.

-¿Y qué lugar particular le das a la moda en tu vida? ¿Colores favoritos, tipos de ropa?

-Por empezar, no tengo un gusto monocromático; me gustan mucho los colores en general. Pero juego también con el blanco y negro. Puedo pasar temporadas vistiéndome muy urbano, pero adoro la alta costura y la elegancia de un buen traje.

-Veo que te gustan los cambios de look en el pelo, ahora estás platinado.

-Siempre me gustaron los cambios y más si se trata de mi apariencia. De todos modos, por más cambios que experimente, tengo muy en claro cuál es mi personalidad. Ahora, si a pedido de una producción tengo que hacerme algo distinto, no me genera ningún problema.

-Tu novia también te acompaña en este sueño de ser modelo...

-Claro, a ella (Milena Macías, 23 años) le encanta la moda y, de hecho, es modelo. Hicimos una producción juntos hace poco. Está a mi lado en cada competencia o en cada campaña publicitaria. Es una gran compañera. Aunque parezca mentira, más que haberla conocido hace casi tres años en este mundo de las pasarelas, la conozco desde que íbamos a la primaria, sólo que en aquella época las cosas pasaban inadvertidas para nosotros dos. Unos años después nos reencontramos por Instagram, y recién ahí nos dimos cuenta de que nos conocíamos de siempre. Ahora nos amamos.

-¿Y pensaste alguna vez cómo sería tu vida si pudieras caminar?

-¿Qué sería? ¡Lo mismo! Lo que me define no es mi discapacidad o esta silla de ruedas que me lleva y me trae. Mi temperamento es lo que le da vida a mis sueños. Cada cosa que empiezo, la emprendo con toda la fuerza que tengo. Y así será siempre.

Agradecimientos: al Río Sport Club, Martínez, Jaro Fitness Program, Lelé del Río restó y Vanesa y Felipe Noble, de Fundación Noble. El smoking es de José Valosen y el equipo de camisola y pantalón de bambula nude es de Lucas Poggi para Mariah Moda Social. Producción: Lorena Gers

SOURCE : https://www.clarin.com/viva/lucas-poggi-modelo-nadador-puede-caminar-brilla-icono-moda-inclusiva_0_-fvkcS1Cr.html


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